martes, 20 de marzo de 2012

Alguien increíble.

Muchas veces he llegado a casa llorando, muchas veces he llegado a casa hecha polvo. Siempre me han dicho que no merecía la pena que estuviese así por nadie. Las últimas veces que he llegado a casa llorando, no me han dicho nada, y no sabía por qué. Ayer, hablando con mi madre lo comprendí todo. Ella me dijo que las últimas veces, no fueron como las anteriores. En las anteriores volvía a casa triste, dolorida, pero estas últimas veces fueron distintas. Volvía a casa llorando, sí, pero volvía con una sonrisa en la cara que demostraba que aquello por lo que lloraba realmente merecía la pena. Me dijo mi madre que la persona que me había causado esas lágrimas tenía que ser una persona increíble. Y si, mamá, él es increíble.

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