martes, 17 de abril de 2012

Te quieros ahogados.

Hablar. Sin pausa. Casi sin respirar. Y reír al mismo tiempo. Como si fuera la última vez que lo hicieras. Y recordar. Entonces llorar. Volver a reír. Decir todo lo que pasa por tu cabeza. Sin dejar nada dentro. Desahogarte. Escupirlo todo de una jodida vez. Disfrutar hablando. Mirarle. Decir un te quiero de esos que salen del corazón y van directos al oído de la otra persona. Saber que haces lo correcto. Deseo cumplido. Placer olvidado. Sentimientos que vuelven. Pensamientos que se van. Abrazos. Miradas.


NO. Fuera. Despertar. Volver a la realidad. Ver que todo sigue igual que antes. Tú, encerrada en la habitación. Sola. Soledad odiada. Querer hablar y no poder. Tragarse un te quiero más. Ahogarse poco a poco. Ahogarse con palabras no dichas. Sentir que te falta el aire. Querer gritar y no poder. Tu voz no sale. Otra vez se queda ahí, con miedo.

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