sábado, 21 de abril de 2012

Conseguir objetivos.

Son las diez y media de la mañana. Abro los ojos. No me apetece levantarme. Pienso. En mí. En lo que soy. En lo que tengo y en lo que me falta. En lo que quiero ser en un futuro. En mis mayores problemas. Pienso prácticamente en todo.
Y me viene bien hacerlo. Aprendo a valorarme. A valorar lo que es mío cada día. Me doy cuenta de que me quejo sin tener motivos suficientes. Que problemas tenemos todos. Algunos mayores, otros con menor importancia... Pero TODOS en nuestra vida pasaremos por alguna cuesta que nos costará subir. Pero que nos cueste no quiere decir que nos quedemos en la mitad. Todo lo contrario, que nos cueste subirla quiere decir que debemos echarle el valor necesario para decir: 'Quiero llegar a la cima. Cueste lo que cueste. Da igual el tiempo que tarde en llegar. Pero lo conseguiré como sea.' 
¿Habéis sentido alguna vez esa satisfación al lograr algo que creías imposible? Yo sí. 
Y no necesariamente tiene que ser un grave problema que te atormente. Que va. Puede ser una simple fórmula de física que no te entraba en la cabeza, llegas a ese examen y te sale redondo. 
A eso me refiero. Conseguir tus objetivos. Luchar por aquello que quieres. Por muy difícil que veas poder alcanzarlo. Saber que nada es imposible. Que nadie puede alejarte de tus expectativas. Que puedes con todo.

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