Vivo sin vivir.

Solía ser una persona sin miedos, con ganas de comerme el mundo, con ganas de ser feliz día a día. Aún sigo sin entender que es lo que está pasando, vivo con un miedo permanente a encontrarme con el y no saber que decir, vivo llorando cada noche por ser consciente de que le perdí. Desde hace meses vivo sin vivir.