martes, 12 de junio de 2012

Lloro desconosládamente.

Largas noches, silencio inaguantable, soledad insoportable, lágrimas que no dejan de caer por tus mejillas. Una rutina a la que ya me estoy acostumbrando. Prometí dejar de llorar por quienes no se lo merecían, pero la verdad es que tú si te lo mereces. Día tras día la misma historia. Me acuesto pensando en aquellos momentos que vivimos juntos, aquellos abrazos, aquellas miradas, aquellas conversaciones que se hacían eternas y nunca quería que acabasen. Lloro incontroládamente por todo lo que perdí al decirte que te quería, por todo lo que dejé de vivir a tu lado. Lloro por ese nosotros que un día acabó y sigo luchando por recuperar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario